Para operarla y salvar su vida fue trasladada al hospital José Carrasco Arteaga.
El equipo médico, liderado por Javier López, se encargó de la intervención. López explica que, por tratarse de una paciente con apenas 700 gramos de peso, fue necesario trasladar los equipos hasta el área de neonatología y, en la cuna en donde estaba la pequeña, practicaron la operación.
“La niña tenía disnea, se agitaba, estaba cianótica y sudorosa”, con ese cuadro la pequeña fue intubada y, al conseguir una cama en este hospital, la trasladaron.
De no haber sido operada, la niña habría fallecido porque esta patología no le habría permitido alimentarse. “Se ahogan cuando toman el biberón y, por tanto, no pueden crecer, se complica entre la enfermedad y la malnutrición y el resultado es fatal”, dijo el especialista.
La incidencia de la patología es de 2.500 a 5.000 en infantes que nacen antes de cumplir las 30 semanas de gestación y la mayoría de los casos se presentan en el sexo femenino.
Luego de la intervención, la niña tendrá que permanecer al menos dos meses más en la incubadora, y podrá llevar una vida como cualquier otro niño.
“Los profesionales de este hospital le salvaron la vida a mi hija y nos devuelven la esperanza”, destacó la madre de la niña.
FUENTE: DIARIO EL TIEMPO
